sábado, 12 de diciembre de 2009

Insustancial

Aparecen y un ser se recorta de mi
avanza y se construye con el miedo
que le dan esos ojos siempre hambrientos.

No quiere ver a mi pecho doliente
por sus gestos defraudados al notar
que aún no me hallo en este suelo.

Que aún no me siento el alimento
ni el estómago para sus elixires.

Cual otra triste esclava del muñeco
del deber ser: efímeros perdones
me excluyo al no alcanzar ni en sueños
a concentrarme en lo que debo.

Mundos y voces caminan solos
se dibujan con el aire del instante
y los pinto desde un lejano sitio.

¿Cuándo me robaron los momentos?
¿Cuándo comenzó la gran falacia
de ser insustancial para este mundo?

Un día me borró aquella certeza
del mercado eterno de dignidades
en que se transforman los encuentros.

¿Cuándo me robaron los momentos?
¿Cuándo comenzo la gan falacia
de ser insustancial para este mundo?

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