martes, 21 de diciembre de 2010

Las escondidas

Las niñas dispares nadaban entre sombras
embriagadas del olor a pasto e incertidumbre.
Saberse acechadas por la linterna
ahorcadas en el umbral de lo visible
les perturbaba el vientre.
Y aliviaba sus pechos el volver a ser
aliento intermitente, verdad y mentira
aferradas a la corteza de los árboles.

Momento luz

Preciosos estadíos de reconstrucción
el día se acerca.
Me desnivelo hacia la sombra de lo imposible
bebo el sol.
No soy quien pensaba en la madrugada
ni quien se imprime en los días desiertos.
Soy un eco de un campo amarillo
intención de viento
Una primera respiración en el mundo
un mar de piernas.
Quien me encuentre podrá absorberme
y de quien encuentre seré una ingenua esponja.
Un par de ojos y el caudal de colores
con que he nacido.
(Bendito este efímero momento: he vuelto)
Y se que me ahogaré con los minutos
Obtusos pensamientos contraerán mis músculos.
Se que volveré a ser esclava
de mis recuerdos tejidos en el espacio.

Ficción

Animados con la amamantada penumbra, nos hicimos los extraños, y navegamos en un mundo de papel. Tengo tus estrellas clavadas en mi ombligo, y parece que fueran a matarme. Pero son de un extraño cartón.
Hay pegada a mi masa cerebral una maqueta de nosotros. Estamos unidos de manos y pies, condenadamente unidos. Arriba nuestro un sol y nuestros cuerpos enfrentados de pie. Estamos alegres, pero somos del extraño cartón: no nos movemos. No puedo pasarnos del papel a la realidad.